Los símbolos pueden producir transformaciones muy importantes en nuestra psique cuando los visualizamos. Estos nos enseñan a entender contemplándolos directamente, saltándonos el pensamiento discursivo, que a veces es un obstáculo para la verdadera comprensión. Este entendimiento profundo despierta nuestra intuición. Gracias a la intuición nos hacemos receptivos a la esencia de una imagen simbólica manteniéndola firmemente en la mente, dejando que irradie nuestro conocimiento con su cualidad. Contemplando la imagen nos identificamos con ella y esta identificación nos ayuda a comprender los símbolos desde un punto de vista más profundo.
Cuando meditamos con los símbolos se incrementa su función transformadora y nos permiten cambiar actitudes internas y externas. La cualidad propia del símbolo no solo revela nuevas formas de experiencia y de vida, sino que también crea en nuestra psique la nueva cualidad que deseamos implantar. Cada símbolo abre la puerta a un estado nuevo de conciencia y provoca cambios profundos en la persona.
Una de las formas para trabajar con los símbolos consiste en escoger un símbolo con el que quieras trabajar, o dejar que el universo mismo te lo presente. Puede ser aquel cuyas cualidades deseas incorporar a tu vida. Una vez que lo escojas te aconsejo seguirlo durante cierto tiempo, tal vez semanas, un mes etc. Unos cuantos minutos al día enfoca tu atención en el símbolo, cada vez que puedas recuérdalo, busca imágenes de este, dibújalo, lee sobre él y cada vez que puedas has una meditación para penetrar en sus cualidades. Finalmente el símbolo comenzará a revelarte realidades insospechadas. No intentes llevar este proceso de manera racional, ni intentes analizar todo lo que sucede desde la cabeza, este es un proceso que trabaja a niveles más profundos de la conciencia, a nivel del alma, a través del corazón y de la intuición. La información que necesites recibir de cada símbolo la iras integrando naturalmente y sin esfuerzo una vez que esté lista para ti.
